Antes de empezar con el
trabajo del Módulo III, me gustaría hacer una invitación a vencer el miedo a lo
nuevo en materia educativa. Existen muchas promesas o palabras vacías que
quedan muy bonitas en los documentos de centro pero existe una falta de intenciones. En algunos centros con
docentes más mayores (no todos ya que hay quien mantiene la
ilusión de cuando se empieza) o con personal demasiado asentado en el
puesto, los proyectos innovadores son vistos como algo que complican al
profesorado justificándose en el interminable trabajo de lidiar con los alumnos, corregir
trabajos, exámenes o las dichosas
programaciones. Les cuesta centrarse en el alumno, utilizar una metodología que
emocione y que facilite un aprendizaje de esos que se hacen “sin uno darse
cuenta”, que facilite un aprendizaje implícito-emocional de los que queda para
toda la vida.
Los centros deben
llenarse de vida con metodologías activas que logren esos aprendizajes de “sin
darme cuenta he aprendido que…” tanto para los alumnos como para los maestros. Una metodología
activa, tiene que incentivar y respetar la identidad propia del alumno,
siendo éste su punto de partida y su foco de estimulación, individual y en
grupo. De esta forma, se trabajan las Inteligencias Múltiples y no sólo la cognitiva comprendiendo los lenguajes del niño, las
individualidades para su construcción personal (aparte de que transmitamos los conocimientos y se les evalúe con las dichosas pruebas). Para entender las identidades de nuestros alumnos viene muy bien
recurrir al poema de Loris Magaluzzi
del que pongo un estracto para tener siempre presente:
“El niño
está hecho de cien.
está hecho de cien.
El
niño tiene
cien lenguas
cien manos
cien pensamientos
cien maneras de pensar
de jugar y de hablar
cien, siempre cien
maneras de escuchar
de sorprenderse, de amar
cien alegrías
para cantar y entender
cien mundos que descubrir
cien mundos que inventar
cien mundos que soñar.
cien lenguas
cien manos
cien pensamientos
cien maneras de pensar
de jugar y de hablar
cien, siempre cien
maneras de escuchar
de sorprenderse, de amar
cien alegrías
para cantar y entender
cien mundos que descubrir
cien mundos que inventar
cien mundos que soñar.
El
niño tiene
cien lenguas
(y además cien, cien, y cien)
pero se le roban noventa y nueve.
cien lenguas
(y además cien, cien, y cien)
pero se le roban noventa y nueve.
La
escuela y la cultura
le separan la cabeza del cuerpo.
Le hablan:
de pensar sin manos
de actuar sin cabeza
de escuchar y no hablar
de entender sin alegría
de amar y sorprenderse
sólo en Pascua y en Navidad.
le separan la cabeza del cuerpo.
Le hablan:
de pensar sin manos
de actuar sin cabeza
de escuchar y no hablar
de entender sin alegría
de amar y sorprenderse
sólo en Pascua y en Navidad.
Le
hablan:
de descubrir el mundo que ya existe
y de cien
le roban noventa y nueve.
de descubrir el mundo que ya existe
y de cien
le roban noventa y nueve.
Le
dicen
que el juego y el trabajo,
la realidad y la fantasía,
la ciencia y la imaginación,
el cielo y la tierra,
la razón y el sueño,
son cosas
que no van juntas.
que el juego y el trabajo,
la realidad y la fantasía,
la ciencia y la imaginación,
el cielo y la tierra,
la razón y el sueño,
son cosas
que no van juntas.
Le
dicen en suma
que el cien no existe.
que el cien no existe.
Y
el niño dice:
En cambio el cien existe….. ”
En cambio el cien existe….. ”
Como maestra que desde
niña quiso serlo, abogo por metodologías diferentes que hagan sentirse
importantes a los alumnos y que sientan que lo que aprenden también lo es. Existen diferentes metodologías activas pero voy a comentar las que más se ajustan a mi estilo docente:
1.
Metodología
por rincones: Es una metodología enriquecedora para
ellos y para nosotros ya que permite atender a los distintos ritmos de
aprendizaje que tenemos en el aula y por tanto a las necesidades individuales
de nuestros alumnos. Exige tener una organización del aula con zonas muy
delimitadas y claras así como tener actividades distintas para cada rincón. Ese
mismo objetivo se puede conseguir en primaria por medio del aprendizaje cooperativo: El aprendizaje cooperativo trabaja la
cohesión grupal, enriquece al grupo con aportaciones de alumnos menos carismáticos, facilita que la monitorización
guiando el que más control tiene sobre un tema a otro de forma indirecta y por
tanto, permite mejorar la convivencia y cambiar los roles.
2.
Aprendizaje
por proyectos: Puesto que fomentan la ilusión, la
creatividad, emocionan y, por tanto, facilitan integrar los aprendizajes sin
apenas esfuerzo. Los proyectos permiten aprender a los alumnos, a los maestros con los trabajos, vídeos, fotos,...que traen los niños y a las familias facilitando por tanto el tándem familia-escuela
3.
Trabajo
de las emociones: Trabajar la mente sin trabajar el
corazón, el alma del alumno, es carente de sentido y lleva a alumnos
bloqueados, con conflictos emocionales que pagan ellos mismos y los compañeros.
Obviamente, hay unos contenidos que enseñar pero la memoria sino está unida al
alma se pierde a los dos días. Además, creo que un trabajo sobre las emociones, habilidades sociales, resolución de conflictos (guiada en Infantil) de manera temprana es preventiva de
conflictos futuros.
He
escogido metodologías activas más propias de Educación Infantil porque
considero que esta etapa es la base de las posteriores y que aunque les veamos
pequeños, son creativos, soñadores, tienen una mente abierta, tienen como vemos en el poema “100
lenguajes” y porque no pierden sus ganas de ilusionarse cada día
con pequeños detalles cosa que es lo que debe darse en el Sistema Educativo.
En mis blogs personales se
pueden encontrar más publicaciones: aprendodesdelaemocion.blogspot.com
(relacionado más con temas de convivencia escolar) y simeinvolucrasaprendo.blogspot.com
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